
1-Hacerte de rogar siempre y jugar a la mujer difícil para tener sexo.
2-El constante chequeo y búsqueda de aprobación durante la relación sexual: ¿te gusta mi cuerpo? ¿Te gusta mi cara? ¿Te gustan mis senos?
3-Decirle lo que no te gusto del sexo, casi al haber concluido el acto sexual, espera un poco, no seas indiscreta.
4-Llorar después del sexo. Es una situación muy perturbadora para ambos si por cualquier motivo comienzas a llorar desconsoladamente luego de un orgasmo placentero.
5-Criticarlo porque él no ha encontrado tu punto G, como si eso no requiriera de tu ayuda.
6-Pensar firmemente que el hombre con el que tuviste sexo está en deuda contigo y automáticamente quedo comprometido en una relación de pareja.
7-No entender que a los hombres nos da sueño después del coito y hacer una escena desproporcionada por esto.
8-La desconcentración total que le provocas a tu pareja cuando se te ocurre iniciar una conversación totalmente distinta a hacer el amor.
9-Dispersarte por cualquier cosa externa, como los ladridos del perro, el celular o el televisor.
10-Que luego de que tú alcanzaste el orgasmo te pongas apática y habladora. Debes mantener tu interés para que el pueda alcanzar su orgasmo.
11-Calentar al hombre y luego echarte para atrás, como dice el dicho “si no vas a planchar entonces no arrugues.
12-Utilizar el no tener tener relaciones sexuales con tu pareja como un castigo por faltas cometidas en otras áreas de sus vidas.
13-Comparar su pene con los penes de otras parejas, no te gustaría que comparara tus senos o tu vagina.
14-No exigir el preservativo si tienes sexo casual y no conoces la salud sexual de él, solo porque te da pena decírselo.
15-No elogiarlo. A los hombres también nos gustan los elogios: “me encanta como te queda tu ropa interior” “me fascina como besas” “me gusta tu seguridad”.