Medicamentos: algunos medicamentos de uso común tienen efectos secundarios que impactan en la salud sexual, incluidos los medicamentos para tratar la presión sanguínea, problemas cardiacos y depresión. Las personas que padezcan de alguno de estos trastornos pueden hablar con sus médicos sobre la posibilidad de reducir la dosis, añadir un segundo fármaco para combatir algunos de los efectos secundarios o cambiar a un fármaco distinto.
- La actividad sexual después de un infarto al corazón: algunas personas deben de ser cuidadosas en relación a todas las actividades físicas inmediatamente después de un ataque cardiaco o después de la colocación de un marcapasos, pero incluso en esas circunstancias, el sexo es en general una actividad adecuada en cuanto el médico autorice reiniciar actividades físicas y sexuales.
- Depresión: una depresión no tratada, puede llevar a trastornos sexuales como: falta de deseo, dificultad o imposibilidad para alcanzar orgasmos en la mujer y disfunción eréctil en el hombre además de ausencia de placer en ambos sexos.
- Alcohol: unos pocos tragos pueden reducir las inhibiciones en algunas personas y hasta les permite funcionar sin tabúes ni restricciones mentales, pero al llegar a una dosis de alcohol más alta les puede producir problemas para alcanzar la erección del pene en el caso del hombre o problemas para alcanzar orgasmos en el caso de la mujer.
- Estrés: Si usted está estresado, probablemente tiene más problemas para tener una vida sexual más placentera que los que saben manejar sus niveles de angustia.