
Cuando una pareja se constituye, es decir, cuando dos personas deciden estar juntas, encontrarse, compartir, se establecen pautas por parte de cada uno de los miembros y se realiza un acuerdo. Este no siempre se dice explícitamente, con palabras, pero existe y regula toda la forma de relacionarse. Determina si será una pareja donde cada uno se hará muy dependiente del otro o si se dedicarán la mayor parte del tiempo o no. Las características de cada acuerdo están dadas por lo que cada miembro espera encontrar en esa pareja, por las expectativas que tiene y las pautas que propone para que se hagan realidad. Por ejemplo: hay hombres que desearían que su pareja se dedicara solo a ellos, que no se relacionara con otras personas y menos aun con otros hombres. Harán todo lo posible para ir evitando esas relaciones, no se reunirán con amigos y tratarán de controlarla para que ella no lo haga a sus espaldas. Ante esto la mujer tendrá tres alternativas: puede aceptar esto y adaptarse a una nueva forma de vida, puede intentar cambiar las expectativas de su pareja proponiendo ella sus pautas o puede decidir no seguir adelante con la relación.
Gran parte de las dificultades de las parejas proviene de la diferencia que hay entre lo que esperamos que suceda y lo que sucede en la realidad. El éxito dependerá de una adecuada elección de pareja y de la capacidad en lograr los acuerdos necesarios que nos permitan sentirnos en una relación de ganar-ganar mutuo.
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